ABSTRACT 

Velásquez, como marca, está en un viaje perpetuo de reclamar y defender el espacio propio del individuo. Esta colección utiliza puntos de referencia visuales y culturales del pueblo colombiano donde se crió el diseñador  Marmato, para celebrar la cultura minera de la clase trabajadora a través del diseño, desafiar sistemas imperialistas y desafiar estereotipos culturales. 

Un paseo por la compleja historia de Marmato, una ciudad minera de oro en el noroeste de Colombia y su lucha contra el colonialismo moderno. Una ciudad caracterizada por su propia composición multicultural, un lugar habitado por indígenas, afrodescendientes, agricultores, mineros tradicionales y extranjeros, todos han construido un lugar mágico alrededor del metal precioso, con historias y mitos de brujas, brujería y hechizos. 

Con el patrimonio cultural y los recuerdos de la infancia en Colombia, esta colección tiene como objetivo mostrar el pasado del diseñador, fantaseando con una crianza diferente en la que la desaparición de una sociedad patriarcal, sexista y homofóbica habría tenido un impacto muy diferente y positivo en los marginados de una generación. 

CONCEPT 

BAREQUERO, sustantivo 

Se refiere a los trabajadores involucrados en la minería artesanal o de pequeña escala de oro. Estas personas a menudo trabajan de forma independiente o en pequeños grupos, extrayendo oro de minas utilizando herramientas y métodos tradicionales. Edificios polvorientos, pálidos y agrietados caracterizan las calles sin pavimentar de Marmato.  

El oro simboliza lo superior y divino, un tesoro difícil de encontrar que da sentido a largos y exhaustivos días de trabajo dentro de una mina, conviviendo con el mercurio, la falta de aire, la oscuridad y el calor. Aquí, el cuerpo es solo una herramienta que se explota para alcanzar los sueños de colonizadores de otros continentes. Pero como en todo sueño, los objetos desaparecen en un instante, el oro y el dinero se esfuman de las manos, y no nos queda más que polvo.  

El oro tiene sus propias formas, llega con su propio ritmo y tiempo, y como minero debes ser paciente para encontrar el metal precioso. No lo encontrarás cuando quieras; solo lo hallarás cuando la montaña lo desee. Allí aprenderás a esperar, porque hay días en los que no aparece nada, pero luego, de repente, cuando el calor es insoportable, encuentras las piedras brillantes.