Nada más salir a la calle te encuentras con una pandilla de niños.
La elección de vestimenta es aleatoria y se superponen unos prints sobre otros. Uno de ellos lleva una lanza y un tirachinas de madera. El otro más alto va vestido de mofeta y emite ruidos indescifrables. Otro lleva una chaqueta que llega hasta sus tobillos hecha con retales estampados mientras ondea una bandera con unas letras que dicen Outsiders Division. Puedo observar sombreros que imitan cabezas de animales y mucho desorden. Me los imagino como los niños perdidos de Peter Pan, siempre al borde del precipicio, sin importarles nada, libres y salvajes.